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Alianza Europea de Iniciativas
para la Antroposofía Aplicada

Shock para ecologistas ante la inminente reautorización del glifosato en Europa

¿Qué podemos hacer ahora?

Estimados amigos y amigas de ELIANT:

A pesar de que las organizaciones medioambientales y la Organización Mundial de la Salud (OMS) vienen alertando hace años, y con justificación, sobre los peligros que conlleva el uso del glifosato, el 13 de octubre la Comisión Europea votó al respecto con el siguiente resultado: 18 Estados miembro se manifestaron por renovar su autorización por otros diez años, solo tres estados se manifestaron claramente en contra (Luxemburgo, Austria y Croacia) y Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos, Bulgaria y Malta se abstuvieron. De esta forma no se obtuvo la mayoría cualificada.

La decisión de los parlamentarios y la próxima ronda en la UE
La votación de los representantes de la ciudadanía en la UE a favor de una reautorización de Roundup/Glifosato por otros diez años en la Comisión de Medioambiente y Salud Pública del Parlamento Europeo —faltando solo dos votos para obtener la mayoría—, ha causado gran desilusión y ha motivado una serie de preguntas. Las organizaciones no gubernamentales siguen intentando mover a los Estados miembro hacia una posición de rechazo con vistas a la próxima sesión del Comité de Apelación que se realiza el 16 de noviembre. Si en dicha instancia no se consigue la mayoría cualificada, la Comisión Europea podrá decidir de forma autónoma, ya que esa competencia recae en su jurisdicción. Sin embargo, por ser un tema sensible, no querrá hacerlo y lo más probable es que presente una propuesta de compromiso que limite el periodo de autorización a siete años a fin de que Francia adopte una posición favorable.

Los grandes daños y peligros del glifosato
El 25 de octubre pasado el Instituto Ramazzini, una entidad independiente y sin ánimo de lucro, presentó los primeros resultados de su estudio global sobre el glifosato. En él se constataron casos raros de leucemia en animales relativamente jóvenes que estuvieron expuestos a herbicidas convencionales a base de glifosato. A ello se suman, entre otros, las grandes preocupaciones respecto al daño del microbioma humano y del sistema inmunitario, lo que se contrapone fuertemente con las conclusiones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con la OMS, se sospecha que el glifosato es un posible carcinógeno en los humanos y, debido a su efecto destructivo total, una amenaza para toda la vida vegetal —con la excepción de los cultivos agrícolas que intenta proteger—. En el caso de los insectos, como las abejas, es una neurotóxina mortal y, por consecuencia, diezma las poblaciones de aves ante la falta de alimento. Además, contamina el agua, daña el microbioma del suelo y, de esa forma, destruye la biodiversidad.

Los ciudadanos de la UE quieren prohibir el glifosato hace tiempo
Ya en 2018 un millón de ciudadanos de la UE, entre ellos ELIANT y Demeter International, habían exigido una prohibición del glifosato. A consecuencia de esto se prolongó la autorización solo por cinco años más con el fin de tener tiempo para buscar alternativas e investigar los datos que faltaban de forma objetiva y libre de intereses. Entre tanto, el número de estudios y artículos científicos que esperaba el examen de los evaluadores de la UE aumentó a más de 2400. No obstante, la mayoría de ellos fue encargado y financiado por la industria, lo que pone de manifiesto la falta de independencia de la investigación.

Para la mayor parte de la ciudadanía de la UE en tanto, la diversidad natural, una abundante biodiversidad y los alimentos sanos constituyen un tema de gran importancia.

Lo que podemos hacer
Ahora, lo que se necesita más que nunca es que las iniciativas de muchas personas se unan y presionen a los políticos a nivel nacional para reducir el glifosato, ya que en todo el mundo se pulveriza casi un millón de toneladas.

Junto con esto, se necesitan medios de comunicación serios que estén dispuestos a informar de forma periódica y veraz sobre los daños que ocasiona en la naturaleza y el ser humano, así como sobre las posibles consecuencias del uso masivo de las tecnologías genéticas más modernas. Esto, porque siguiendo el principio de subsidiariedad, lo más probable es que sean los Estados miembro los que deban decidir acerca de las posibles limitaciones al uso de glifosato. De esa forma, si bien no se puede prohibir completamente lo que está autorizado en la UE, cada país puede aprobar restricciones sustanciales.

Con esta esperanza en mente, les envío un saludo a nombre del equipo de ELIANT.

Atentamente,

Michaela Glöckler

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